Desde tiempos lejanos se habla de los
elementos químicos: el cobre fue descubierto en el 9000 a.c., el hierro se conoce desde antes de 5000 a.c,
el oro ya era usado hacia el año 3000 a.c.
Han ido
cambiando los conceptos vinculados a la definición de elemento químico y sus
aplicaciones.
Para los
griegos los elementos eran los ingredientes de las cosas y Empédocles
(filósofo griego, 483-423) reafirma la postura de Tales de Mileto (624-546
a.c.) y otros que sostenían que eran 4: fuego, aire, agua y tierra.
En China los
elementos eran 5 (madera, metal, agua, fuego y tierra) y en la India eran 9:
agua, tierra, fuego, aire, éter, tiempo, espacio, alma y sensaciones.
En la Edad Media, los alquimistas, antecesores de los químicos, buscaban alcanzar un estado espiritual más elevado y esto lo podrían lograr con la transmutación de los metales en oro. Estaban convencidos de que existía un material que daría una vida larga y saludable y podía acelerar la obtención de oro: la piedra filosofal. Paracelso (médico y alquimista suizo, 1493-1541) es uno de los principales exponentes de esta época.
Buscando esa
piedra H. Brand (1630–1692, alquimista alemán que se muestra en la imagen)
descubre en 1669 al fósforo gracias a un curioso experimento basado en la
suposición de que podía fabricar oro a partir de la orina humana.
Brand juntó
5 litros de orina y la calentó hasta ebullición; luego la dejó reposar durante
2 semanas. Al final, después de eliminar toda el agua, le quedó un residuo
sólido que lo mezcló con arena, lo calentó fuertemente y recogió los vapores
que salían en un recipiente vacío. Al enfriarse el vapor, observó que en las paredes del
recipiente estaba adherido un sólido blanco que brillaba en la oscuridad. El
brillo se debía al fósforo aislado que reaccionó con el oxígeno del aire y en
el proceso emite energía luminosa.
En 1784
Antoine de Lavoisier (Francia, 1743-1794) publica la primera lista de 33
elementos químicos (algunos de los cuales estaban “infiltrados”: cal, arcilla,
sílice, luz, calor y ácido formaban la lista y no son elementos químicos).
Otros
elementos químicos fueron descubiertos: Cavendish (británico, 1731-1810) descubre
el hidrógeno, Scheele (sueco, 1742-1786) el cloro, Priestley (inglés,
1733-1804) el oxígeno… Y los descubrimientos siguen hasta nuestros días.
En la
actualidad sabemos que muchos de los que se consideraban elementos químicos no
lo son; tampoco son 4, ni 5, ni 33: son unos cuantos más.
Un elemento
químico es una sustancia que por ningún procedimiento, ni físico ni químico,
puede separarse o descomponerse en otra sustancia más sencilla; está formado
por átomos que tienen la misma cantidad de protones o sea: está definido por el
número atómico.
Además: cada
elemento químico tiene un nombre (proveniente del lugar donde se identificó por
primera vez, o de alguna propiedad del mismo, o en honor a algún científico o
dios mitológico) y tiene un símbolo (una o dos letras en cuyo caso la primera
es mayúscula y la segunda minúscula).
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